Breve Historia

La Ciudad Residencial de Perlora, promovida por la Organización Sindical Española (o comúnmente llamado Sindicato Vertical) al igual que otras levantadas en el resto de la geografía española, y bajo el impulso de Servando Sánchez Eguíbar, surge de la necesidad de incentivar al trabajador mediante el “acceso y disfrute de todos los bienes de la cultura, la alegría, la milicia, la salud y el deporte”, aunque también pretendía mantener la paz social.

A través de la Obra “Educación y Descanso”, encuentra en una planicie costera de la parroquia de Perlora, llamada Llanos, un sitio idóneo para implantar la primera Residencia de Productores de la región. Se trataba de un conjunto de fincas de 359.065 metros cuadrados situados en un promontorio de caliza de montaña que quedaba delimitado al Este por la playa de Carranques y al Oeste por el río Espasa y la Ensenada de Perán. A lo largo de su costa, formadas por karstificaciones de la caliza, se sucedían pequeñas calas como la de Los Curas o la de Entrellusa -antiguo puerto ballenero-, la Isla de Perlora, zonas de acantilados en el tramo Entrellusa-Socampos, y la playa de cantos de Huelgues, cerrada por una sucesión de islotes que se convertían en rompeolas naturales. El relieve interior es suave, con pequeñas elevaciones que alcanzan sus máximos en la Punta Socampos y en el promontorio junto a la ensenada de Perán. Entre desniveles y depresiones, con dos vertientes dirigidas a las playas principales, surgían diversos afloramientos rocosos de caliza con vetas cuarcíticas.

Al sur, creando un límite físico que aísla esta zona del resto de la parroquia, se sitúa la línea de ferrocarril Gijón-Avilés, conocida como El Carreño, con apeadero en la zona. Las fincas situadas en estos límites, 129 en total, fueron expropiadas por más de 3 millones de pesetas.

Sobre este maravilloso escenario se levantará en un mañana muy próximo la Ciudad Residencial de Perlora
Folleto promocional de 1956 Fuente: Biblioteca de Asturias

 

La Residencia


La actuación inicial, la construcción de la Residencia de Productores “Jacobo Campuzano”, se inicia el 18 de Agosto de 1952. De su diseño y dirección se encarga el arquitecto responsable de la Delegación Provincial de la Organización Sindical, Federico Somolinos Cuesta, hermano del también arquitecto Francisco y socio del estudio Somolinos Arquitectos. El edificio, un hotel de 90 habitaciones y 178 plazas a los pies de la playa de Huelgues, abre sus puertas el 1 de Julio de 1954. Durante su primer verano, 1.800 productores disfrutaron del mismo en este lugar. A lo largo de su existencia, sufrió los efectos de los temporales invernales y también recibió sucesivas reformas que mejoraron y actualizaron sus prestaciones.

En poco tiempo, y ante el gran éxito de la Residencia, enseguida surgió la necesidad de la construcción de una Ciudad Residencial. Concebido como un conjunto urbanístico autónomo e independiente, se caracteriza por su baja densidad distribuida por las más de 35 hectáreas. Siguiendo el modelo de ciudad jardín y una división funcional, se trazan calles sinuosas que enlazaban las plazas o nodos donde se situaban las principales dotaciones del conjunto: Recepción, oficinas, bares, comercios, comedores, capilla, teatro al aire libre, guardería, parque infantil y campos deportivos. A lo largo de las calles, dispuestos de dos alineaciones alternantes, se disponen los diversos chalets junto con alineaciones de Plátanos y Arces. Y entre ellos, amplias praderías salpicadas con pequeños bosquetes de Abeto de Douglas, Roble rojo americano, Pícea europea, Castaño japonés, Castaño de Indias, Olmo Campestre y Álamo Negro, Negro Canadiense y Temblón.

Aérea

Aérea (6) Aérea (5)

Plano urbanístico. Segunda versión, realizada en Diciembre de 1956, por los hermanos Somolinos. Fuente: Archivo Histórico de Asturias

 

Los Chalets


Los diseños de los chalets corrían a cargo de diversos arquitectos jóvenes y del propio Somolinos. Figuras tales como José Antonio Muñiz Muñiz, Celso García González, Francisco González Villamil, Juan José Suárez Aller, Félix Cortina Prieto, Julio Galán Gómez , Fernado Cavanilles Batalla, Miguel Díaz Negrete y Juan Manuel del Busto aportaron diversidad tipológica y policromía a la ciudad. El programa era similar para todos, comprendiendo chalets individuales, pareados o tríos con 1, 2 o 3 habitaciones, baño, cuarto de estar y un espacio destinado a hornillo eléctrico y en algunos casos fregadero. Exteriormente, destacaban unos diseños que transitaban entre el carácter vernáculo, el pintoresquismo, y los nuevos postulados modernos de décadas antes, llegadas a este país en una segunda oleada tras el episodio de arquitectura autárquica. Por lo general, todos se componían de un basamento de piedra caliza extraída del propio lugar o arenisca, unos paramentos que alternan enfoscados con plaquetas cerámicas y entablillados falsos de mortero en las partes altas, y unas cubiertas inclinadas de teja de uno o varios faldones en posiciones variadas.

Chalet Tipo C. Félix Cortina Prieto

La urbanización de los terrenos comienza en Octubre de 1956 y también se inicia la comercialización de la primera fase de chalets. Se ofrecían por 55.000 pts y derecho de superficie del terreno por 50 años a aquellas empresas interesadas, las cuales podían construirlos directamente, o por subasta o concurso, o mediante la solicitud al Sindicato al que pertenezcan. Las empresas, de este modo, se encargan de su mantenimiento y reparación, ofreciendo a sus trabajadores turnos quincenales del 1 de Junio al 1 de Octubre, que en el primer año (1959) tenían unos precios de 15 pts por persona y día. También el resto del año se podían ofrecer turnos o fines de semana.

En las sucesivas fases, hasta 1967, se fueron completando la construcción del resto de los chalets hasta llegar a la cifra de 174 construcciones de 38 diseños distintos que componían 273 apartamentos. Tras de sí, se invirtieron 11 millones de pesetas provenientes de la Delegación Nacional de Sindicatos, la Diputación Provincial, las Empresas y los Sindicatos Provinciales.

 

Las Dotaciones


Durante el transcurso de la urbanización, tras distintas decisiones, varias dotaciones no llegaron nunca a construirse o cambiaron de lugar. La Guardería o el Teatro al aire libre se cayeron del proyecto, junto la multitud de pistas previstas en la zona deportiva. Existió también la posibilidad de construir un camping en 1958 dentro de una de las manzanas, pero la idea no llegó a fructificar. El resto de dotaciones fueron tomando forma a distinto ritmo, con diversas complicaciones cuanto al ritmo de las obras en el caso del Comedor nº1 o el gran modificado del Comedor nº2, que ganó en capacidad. Por otro lado, durante la última ampliación, se enlazó la plaza de Carranques con el mirador de la Isla con un paseo marítimo con sucesivos miradores y escalonamientos, con una planta ondulante que se adaptaba al borde rocoso.

Proyecto inicial del Comedor nº2. Fuente: Archivo Histórico de AsturiasFuente: Archivo Histórico de Asturias

Con posterioridad, ante el éxito de la Ciudad, se llegó a proyectar en 1971 un edificio para la segunda Residencia y el comedor nº3 en la zona que ocupa el parque infantil. Sin embargo, la opción fue desestimada por la Obra, que se negaba a ampliar la capacidad de la Ciudad, ya de por sí saturada. Antes, en 1966 se planteaba la construcción sobre las cocheras de la Residencia un pabellón para el alojamiento del personal, pero el inicio de la obra se demoró hasta mediados de los 70.

Anteproyecto desechado de 2º Residencia y del Comedor nº3. Fuente: Archivo Histórico de Asturias

 

Intervenciones


Durante la vida de la Ciudad Residencial, se fueron desarrollando diversas intervenciones habituales de mantenimiento y reforma tanto en chalets como en los edificios dotacionales. Con la llegada de la democracia, y tras las transferencias a la Comunidad Autónoma, la ciudad recibe en la segunda mitad de los años 80 una intensa reforma visible en la ampliación del acceso, el puesto de control, la reestructuración y reforma de la Residencia o la actualización del interiorismo del Comedor nº1 y varios chalets, que tras dejar de pertenecer a los distintos sindicatos franquistas, fueron a parar al propio Principado o a empresas públicas como Hunosa. También se amplió la zona deportiva, con tres canchas de tenis y nuevas pistas polideportivas, junto al campo de hierba y el parque infantil. Por otro lado, junto a las playas se construyeron nuevos edificios destinados a  aseos y versuarios, derribando el original de la playa de Huelgues o transformándolo en puesto de salvamento el de Carranques. También en Carranques se dispuso de una estructura de planta cuadrada para merendero cubierto.

La Ciudad Residencial en 1987. Fuente: Folleto, Biblioteca de Asturias
Aun habiendo todas estas mejoras, se fueron sucediendo a inicios de los 90 diversos derribos de chalets de los que las empresas dejaron de hacerse cargo. Durante varios años, fueron desapareciendo 27 chalets, mientras otros se reformaban de forma más o menos intensa o quedaron abandonados indefinidamente. Igualmente, el comedor nº2 fue también olvidado, sirviendo alguna vez como sala de fiestas improvisada. Otra actuación a parte acometida esos años fue la construcción por parte de Feve de un paso inferior peatonal bajo las vías en las cercanías de Carranques, en sustitución de un peligroso paso improvisado que servía de acceso a las playas del Camping de Buenavista.

 

En 2002 se detectaron diversas deficiencias estructurales en varios de los edificios principales y algunos chalets. Las causas se debían a la mala calidad de los hormigones y morteros empleados, muy deleznables debido al excesivo uso de arena, proveniente en muchos casos de las mismas playas, que corroían las armaduras. A consecuencia de esto, se tomaron varias decisiones. Se determinó la clausura del Comedor nº1 y la Residencia, en la que se produjo un hundimiento del forjado de las cocinas. Debido al cierre del Comedor, se construyó por la vía de urgencia, uno nuevo en terrenos del parque infantil, levantado casi en su totalidad con sistemas prefabricados. Otro edificio de los afectados, el Pabellón, fue reforzado en 2003 y ampliado en 2004, lo que le dotó de una segunda escalera. Sobre diversos chalets se actuó reforzando pilares, sustituyendo cubiertas o procediendo al derribo y reconstrucción por parte de la Escuela Taller.

Finalmente, y ante la falta de actuación sobre la Residencia y el Comedor, se decide a finales de 2005 el derribo total de la primera y parcial del segundo, que perdió su torre. Desde entonces, y acusando un problema de rentabilidad de las instalaciones, el Principado decide el cierre de la Ciudad a la espera de un proyecto de reforma integral, con participación privada.