La Ciudad hasta los 90

La  Ciudad se planteó como un espacio de muy baja densidad, equilibrado y autónomo. El proyecto, ejecutado por los hermanos Somolinos,  inicialmente era más ambicioso en cuanto a dotaciones, con un área deportiva muy desarrollada que incluía campos de fútbol, baloncesto, pistas de hockey, boleras, canchas de tenis e incluso piscinas; o un teatro al aire libre y una guardería. Aun así, el resultado final fue satisfactorio.

Primer plano, según el folleto promocional de 1956. Fuente: Biblioteca de Asturias

La distribución de los distintas edificaciones sigue el trazado organicista de las calles, cuya sinuosidad limita las perspectivas lejanas. Los chalets se alternan a un lado y otro de las calles en dos claras alineaciones, con excepción de la calle Gijón y parte de la de Carreño, en donde la cercanía a las playas hace abrir las calles hacia estas. En el cruce de estas calles se forman varias plazas de diferente entidad, a las cuales se vuelcan las dotaciones y demás servicios.

  Calle Gijón

  

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Calle Mieres, Calle Langreo, Calle Gijón, Calle Carreño y Calle Oviedo desde la calzada y entre las dos alineaciones.

La principal, la Plaza Asturias, es una gran glorieta circular que sirve de recepción de residentes con la situación del edificio de Dirección; al otro lado, el comedor nº1 y el parque infantil la cierran.

La otra plaza importante, la de Pelayo, reúne el Comedor nº2 y la Iglesia, a la que se le añade las instalaciones deportivas, con un acceso difuso.

Plaza de Asturias Plaza de Asturias Plaza Pelayo

Otras plazas, de menor entidad y situadas más hacia los fondos de saco, sirven de conexión y servicio a las playas, situándose allí los bares y vestuarios.

Finalmente, la explanada de la Residencia, con un frente destinado a aparcamiento, da la bienvenida al complejo. En la parte trasera, una pradera servía de conexión de la cafetería de la Residencia con el solárium sobre la defensa de Huelgues mediante una gran escalinata. Más adelante, se asoció a esta explanada el Pabellón.

Por otro lado los servicios menos visibles, tales como los talleres, se arrinconaron en las inmediaciones de la ensenada de Perán, en la zona conocida como Los Peñones. El depósito de aguas, utilizando el punto más alto de la residencia, daba servicio al complejo trayendo aguas de las fuentes de Monte Calera.

Desde la Formiga Silo 

Estado Inicial. Usos

 

Las Fases


El resultado final de la Ciudad Residencial fue producto de sucesivas fases constructivas, siendo el inicio el 18 de Agosto de 1952 con la primera piedra de la Residencia.

Tras ello, los primeros chalets, fueron poblando en la primera fase las calles Oviedo, Gijón, Avilés, Langreo y Carreño, apareciendo las primeras 23 tipologías. Junto a ellos, se levantaron los bares, el comedor nº1, la iglesia y Dirección. Seguidamente se procedió a completar la primera alineación de Avilés y Mieres junto al Comedor nº2 y los vestuarios, hasta 1962.

Posteriormente, en una ampliación en 1967 se cubrieron las parcelas que quedaban en las segundas alienaciones, se ejecutó el paseo marítimo y se amplió el bar de la Cabaña.

En los años 70 se construye el pabellón sobre las cocheras de la Residencia.

En los años 80, se construyen los nuevos aseos, el pórtico de Carranques, nuevas pistas polideportivas y de tenis, se reforma la Residencia y se amplían los accesos.

Estado inicial. Fases de construcción.

 

Las Zonas Verdes


El urbanismo de la Ciudad Residencial se concebía como una ciudad jardín con ausencia de parcelaciones y límites físicos, de tal manera que las praderas tenían tanto protagonismo como las edificaciones, convirtiéndolo en un gran parque. La ausencia de cualquier camino pavimentado ofrecía una mayor libertad de movimiento y disfrute de las zonas verdes. La amplitud de estos espacios permitían la convivencia entre residentes y veraneantes de día.

El diseño paisajístico se centraba en cuatro capítulos importantes:

 

 Bosquete de Huelgues 

  

  • Protecciones contra los vientos costeros mediante el uso de Cipreses (Cupressus macrocarpa), Taray (Tamarix gallica) y Pino (Pinus Pinaster). Este último, también tiene especial presencia en el cerro del depósito de aguas y en la punta de Socampos.

 

A parte, se ejecutó el cierre de las calles usando setos, y en terrenos de la vía del ferrocarril, se plantaron eucaliptos –actualmente desaparecidos- y cipreses, que reducían el ruido del paso de los trenes.

Zonas verdes y arbolado en la actualidad. Se indica también los diversos senderos marcados por el paso de la gente a través de las praderas.