Claves de la propuesta

La idea es consolidar el espíritu de este conjunto urbano ideado a finales de la década de 1950, manteniendo la idea de microciudad, desestacionalizando su uso y por tanto, quitándole apellidos, quedándose con lo que denominaríamos a partir de ahora como la Ciudad de Perlora. Para ello, más allá de una rehabilitación concienzuda y respetuosa de las edificaciones, se trataría de un nuevo proyecto urbano aprovechando y potenciando los hitos de oportunidad que ofrece la Ciudad, mediante diversificación funcional, el rediseño del viario-parque y la interconexión con el resto de la parroquia, y por ende, de la capital municipal.

 

Claves de Actuación Urbana


Como primer avance o esbozo, se presenta el siguiente esquema con los diversas claves de actuación urbana, que se explican brevemente a continuación:

1. Accesos y sistema de circuitos peatonales jerarquizados que enlazan las distintas áreas y se superponen al sistema viario, dando la máxima prioridad al peatón. La Ciudad se rediseña para este, basándose en los movimientos más habituales que se realizan en la actualidad y en los supuestos futuros con los nuevos elementos. Se busca además la mayor accesibilidad posible tanto en los nuevos circuitos como en los existentes.

2. Nuevo acceso viario. Partiendo de los ejes vinculantes del Plan General de Carreño, se considera la posible conexión secundaria en las cercanías de las playas de Carranques, mediante un paso inferior bajo el ferrocarril, que se diseñaría con holgura para establecer una continuidad visual con los ámbitos aledaños. Con ello se mejoraría la vinculación con el resto de la parroquia, permeabilizando el límite físico del ferrocarril y entretejiendo sus caminos con las calles de la Ciudad. Serviría además, de acceso y evacuación rápida en época estival.

3. Cinturón sur y aparcamiento lineal paralelo al ferrocarril. A modo de ronda o variante unidireccional, y por tanto, de reducida sección. Se trataría de un vial de acceso prioritario y directo a las playas de Carranques y  al sistema de praderas junto al ferrocarril, que dispondría de nuevos lotes de aparcamiento, desahogando, principalmente, del sobreuso de las calles Mieres y Carreño en verano. Complementariamente, a lo largo del mismo  y junto al ferrocarril, se dispondría de un talud poblado de vegetación que absorbería el ruido del paso de los trenes.

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4. Adecuación de explanadas de aparcamiento. Rehabilitación urbana. Mediante un cuidado diseño urbano de calles y plazas, se reordenaría del espacio para el peatón y el vehículo, estableciendo claramente los espacios destinados a aparcamiento y tránsito mediante un código de pavimentos. La malla peatonal siempre se dispondría por encima de la rodada e igualmente ocuparía el espacio de aparcamiento cuando este no se encontrase en uso, suponiendo en la práctica un aumento significativo del espacio de aceras en épocas de menor afluencia. Complementariamente, se reduciría el impacto de las grandes explanadas de aparcamiento mediante vegetación y pavimentos blandos según zona.

5. Plaza de La Residencia. Se plantearía la recuperación del solar de la antigua Residencia con la implantación de una nueva edificación destinada a uso principal hotelero y de primera recepción de la ciudad. Dicha edificación, con una organización volumétrica sencilla, contenida, y adaptada al las escalas existentes,  se dispondría en un ángulo del espacio actual, manteniendo visuales y liberando el resto para una amplia plaza de bienvenida, orientada al sur y protegida de los vientos del nordeste por el propio edificio. Al mismo se anexaría el Pabellón, que se aprovecharía para alojamientos alternativos para grupos.

Conjuntamente, se reduciría al mínimo el espacio para vehículos, simplificando los recorridos y eliminando el actual tramo de salida por la parte trasera, dejándolo exclusivamente como pradera con vistas al la playa de Huelgues. Compensatoriamente, ante la reducción considerable de plazas de aparcamiento, se incluiría un aparcamiento semisoterrado en el espacio ocupado actualmente por el minigolf, aprovechando el desnivel existente, para servicio del nuevo edificio y usuarios de la playa de Huelgues.

6. Plaza Asturias. Se consolidaría la función de nodo principal de la ciudad, con una alta concentración de dotaciones. Alrededor de una racionalizada plaza se desarrollaría dentro de las edificaciones existentes nuevos usos o se actualizarían los existentes. Galería comercial, pequeño supermercado, restaurante/comedor multifuncional, centro social, biblioteca, ludoteca, consultorio, centro deportivo y parque infantil. Las intervenciones, a parte de rehabilitar y potenciar, considerarán el aprovechamiento del Nuevo Comedor como pequeño centro de formación ocupacional y y la recuperación del solar de la antigua torre del comedor nº1, destinándola a un nuevo edificio de recepción y administración.

7. Plaza Pelayo.  A la par de una mejor interrelación entre los distintos espacios y nuevo acceso a la zona deportiva, la iglesia y el viejo comedor nº2 se destinarían a nuevos usos compatibles con su configuración espacial y funcional. Con un destino más cultural, se plantearía integrar usos expositivos y de eventos con un especial aprovechamiento de la polivalencia del segundo edificio. Incluso, de forma segregada pero dentro de su superficie, se plantearía una instalación centralizada de infraestructuras y servicios de toda la Ciudad. Siendo una previsión a largo plazo, y mientras tanto, en este lugar se ubicaría el taller central de rehabilitación de la Ciudad.

8. Instalaciones en playas. Consolidación de las áreas recreativas. Mejora y actualización de bares y restaurantes dando énfasis a las terrazas vinculadas, en donde se potenciaría su oferta para el uso durante todo el año. Incluiría la construcción de un nuevo Bar Carranques y la recuperación parcial de la cubierta derrumbada. Mejora y mantenimiento de las áreas recreativas.

9. Manzana deportiva. Mejora de su accesibilidad y relación con el resto del entramado urbano. A parte de las mejoras necesarias en las pistas de aglomerado y césped, se plantearía el aprovechamiento de la trasera del edificio de Dirección para situar un centro deportivo de ámbito municipal, equipado con gimnasios y piscinas cubiertas y descubiertas, integrado en el paisaje utilizando la topografía del terreno. Incluiría también vestuarios de acceso directo al exterior y otros servicios para el uso del campo de fútbol por el Club Victoria Perlora, liberando así el chalet ahora utilizado a tal fin.

10. Recuperación de parcelas originales. La desaparición de numerosos chalets en los últimos años, que han dejado vacíos diversos en las alineaciones de las calles, dan la oportunidad de implantar nuevos tipos de chalets dentro de la ciudad. Estos nuevos tipos se diseñarían con criterios de integración urbana, climatización pasiva, ahorro energético y accesibilidad. Para ello, sería interesante que fuesen desarrollados como investigación de nuevas maneras de diseños de vivienda mínima autosuficiente, que podría congregar concursos o talleres de arquitectura entre los arquitectos más jóvenes.

11. Mirador de Los Peñones. El espacio de mantenimiento y depósito de Los Peñones, junto a la ensenada de Perán, mejoraría su accesibilidad y se plantearía el aprovechamiento de las estructuras actuales (depósito y silo) como mirador. Esto se completaría con una posible pasarela (dentro de su viabilidad) que saltaría los diques de la ensenada, para enlazar con el futuro parque de la Punta de Perán, donde actualmente se sitúa el camping de Perlora.

 

Claves básicas de Rehabilitación


La intervención en el conjunto edificatorio de la Ciudad supone un reto del que se puede conseguir una preservación ejemplar. Es necesario confiar en las posibilidades reales de consolidación de los edificios y las técnicas actuales, de manera que se puedan aprovechar al máximo sus potencialidades, tanto funcionales como estilísticas. Es preciso poner en valor un conjunto arquitectónico único e irrepetible, que más allá de una actualización, se pretende ser respetuoso, coherente y realista. Más allá, podría plantear un precedente y referencia para la actuación en otras arquitecturas de esta época. Para ello, se siguen cuatro claves básicas que marcarían la hoja de ruta a seguir en las intervenciones.

A. Evaluación estructural.

Detección y detención de los procesos de degradación estructural: carbonatación y oxidación, estabilidad de voladizos, fisuración de fábricas, etc. para la intervención efectiva. Sustitución de elementos irrecuperables, con especial atención a cubiertas degradadas. Posibilidad de reconstrucciones parciales y totales en casos extremos, tratando las nuevas edificaciones como la tipología original, evitando copias, reinterpretándola.

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B. Aislamiento pasivo reforzado

Rehabilitación energética integral con una nueva envolvente térmica exterior usando sistemas SATE y reposición o reconstrucción de acabados originales. Inspección, aislamiento y ventilación de soleras. Posibilidad de sustitución sistemática de losas de cubierta por otras de hormigón celular aislante y teja plana. Mejora de ventilación pasiva con la previsión de temporadas sin ocupación. Todo ello con el objetivo de reducir la necesidad de uso de aporte energético externo, pudiendo llegar a estándares Passivhaus.

C. Ahorro energético y reciclaje

Uso de sistemas eficientes de generación calorífica e iluminación pública. Posibilidad de creación de una central de cogeneración que reutilice biomasa procedente de la siega de las zonas verdes, campo solar fotovoltaico y térmico e investigación en el aprovechamiento de la fuerza mareomotriz.

Reciclaje de residuos de la construcción para la creación de terraplenes acústicos o su reutilización en los productos en otros elementos constructivos. Reaprovechamiento de materiales y acabados originales.

D. Accesibilidad y habitabilidad

Itinerarios accesibles en casi la totalidad de la urbanización y edificios. Sistemas de acceso vertical (ascensores, rampas) integrados en la arquitectura. Aseos generales accesibles para ambos sexos. Itinerarios de accesos a chalets sin escalones ni resaltos (excepto hórreos). Redistribución y racionalización de estancias dentro de los límites de cada tipología, si es posible, tratando siempre de incorporar dentro del programa un baño de al menos 1,40 m de ancho y una cocina compacta de 3 módulos mínimo. En caso de necesidad de ampliar, será lo estrictamente necesario y con una volumetría integrada en la arquitectura. Además, dentro de las nuevas tipologías que ocupen antiguas parcelas, existirá al menos una 100% accesible (con un número amplio de chalets de la misma); el resto tendrán al menos un nivel practicable.